Las lentes de contacto son una solución ideal para muchas personas que necesitan una corrección visual, pero a las que el uso de gafas les resulta molesto o peligroso (por el tipo de actividad que realizan). Además de comodidad, las lentillas aportan además un campo de visión más amplio al estar la lente en contacto directamente con el ojo.
Sin embargo, lo que es una ventaja puede convertirse en un peligro para la salud de los ojos si no se observan las debidas precauciones. Y es que, el uso de lentillas hace imprescindible una correcta manipulación de las mismas y una limpieza diaria.
¡Huye del Agua!
Esta semana conocíamos una noticia sobre el caso de una joven escocesa, Charlotte Clarkson, que contrajo una grave infección en un ojo debido a una bacteria procedente del agua del grifo. Antes de manipular sus lentillas, se lavó las manos con agua y no se las secó. Un gesto tan aparentemente inofensivo como ese provocó que una ameba presente en el agua, la Acanthamoeba, se introdujera en uno de sus ojos provocándole una queratitis severa. La queratitis por ‘Acanthamoeba’ produce enrojecimiento ocular, fotofobia e, incluso, ulceración corneal.
Cómo Limpiar con Seguridad las Lentillas
Para evitar el desarrollo de infecciones oculares es imprescindible que el usuario de lentillas lleve a cabo un correcto mantenimiento y una higiene diaria de las lentillas. Las infecciones pueden conllevar pérdida de visión y, en los casos más graves, la necesidad de realizar un transplante de córnea.
Las lentes de contacto deben limpiarse cada día después de retirarlas de los ojos. Antes de proceder a su extracción hay que lavarse las manos con agua y jabón, preferiblemente antibacterias, y después secárselas para evitar que queden restos de agua en las manos.
Una vez hecho esto se puede proceder a extraer las lentillas. Éstas deben lavarse con una solución específica para ello que será recomendada por el óptico-optometrista. Existen en el mercado diferentes soluciones para desinfectar las lentes de contacto. Algunas de ellas tienen como base peróxido de hidrógeno que ha sido recomendado en los últimos meses para extremar la higiene de las lentillas frente al COVID.
Las lentes deben ser rociadas con el líquido limpiador y, una vez enjuagadas, se deben introducir en el estuche porta-lentes, que debe estar relleno con el mismo líquido.
El líquido del estuche debe renovarse cada día y hay que evitar el uso del producto si está caducado o si no ha sido cerrado correctamente después de su uso. Esto puede aumentar el riesgo de infección por contaminación de la boquilla del envase.
Los profesionales de Óptica Mozo pueden resolver cualquier duda sobre la correcta manipulación, limpieza o mantenimiento de las lentes de contacto. ¡No dudes en consultarles!
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